Entrelazados

Miedo en la agonía de tu sensualidad,
pocas fuerzas tengo a mi haber...
Más cual caballo desbocado reviso tu campo
que invita una y otra vez a recorrer la fogosidad
de cada entrega infinita e inolvidable.

Aún con pocas fuerzas sois infatigable,
corcel que exploráis mis colinas, ¡yo os imploro!
acampad en ellas, os daré a probar el brebaje
que entre mis frutos salvajes, para vos elaboro.

 

La candente mirada penetra mi insania pervertida
que no sabe disimular ante tus atrevimientos.
Me trepo en tus cabellos, me bajo por tus pechos erectos
apuntando al centro de mi corazón en arrebato.

Puedo sentir el fluir de la sangre en vuestro imperio
apoderándose de mi voluntad, sin causa ni remedio.
Cedo mi condición humana a vuestros cálidos brazos
dejando fluir el alma más allá de nuestro abrazo….

 

Preciso ser leña en tu fuego... Pasión sin control
consume en gotas de placer, cada éxtasis chispeante
negando a la ceniza , su visita inesperada.
Brasas al rojo vivo, nos envuelven en la ilusión.

Nace un nuevo sol en cada molécula que abrasa,
sumergidos en la danza rendimos culto a la pasión
conquistáis mi rendición, en el clamor de vuestra lanza
coronando mis ansias ante el altar de la devoción.

 

Pronto, el contador del tiempo, anuncia un nuevo sol
y partiré, dejando en tu alcoba mis recuerdos
y tu voz será centinela sin caricias, en el peregrinar
que invita a despertar entre laberintos... Sin ti.

 

El nuevo amanecer, no habrá de impedir
que al dejaros partir... sea la dueña del universo,
habré de esculpir vuestra esencia en cada verso
inmortalizando el sagrado encuentro, dentro de mi.

 

Derechos de autor registrados: Nelson Urra  y María del Carmen Tenllado Yuste